Por ROY CARLÍN
25/08/2010
http://noesdelitoestardeacuerdo.blogspot.com/2010/08/voto-en-blanco.html
Hace algunos meses la calle por donde vivo era una calle desolada, sin gente que pase, tranquila, una calle con paz y sin ruido como siempre. Pero de la noche a la mañana, de un momento a otro, se vio invadida de propaganda política pegada en los postes, en las casas, por aire por tierra y por mar. Antes no pasaba ni un carro y ahora, sobre todo los fines de semana la calle por donde vivo se ve invadida de estas pequeñas caravanas igual de ruidosas que son una interrupción a la tranquilidad sin duda. Caravanas repletas de gente que en su mayoría vienen de otros lugares y que por diez soles se ponen la camiseta, los suben al carro, y les regalan una gaseosa y un bizcocho mientras gritan por todas las calles del distrito donde vivo.
Servirá realmente de algo la propaganda política, yo creo que no. La gente ya no cree en nadie, a nadie le llama la atención quien postula esta vez. Me atrevo a decir que por ahora el mejor candidato para Lima es el voto en blanco por el que se inclinaran algunos y no pocos ciudadanos.
En el Perú de todos los tiempos, la política ha sido y es sinónimo de corrupción, de favores por lo bajo, de coimas con envidiables cifras de dinero. Es la política el mejor disfraz para estos lobos disfrazados de oveja que casi siempre al finalizar su gobierno terminamos deseando no volver a ver jamás. Ser político en el Perú es sacarse la tinka, es pasar esos años disfrutando de viajes costeados por el estado y de los que nos enteramos no precisamente de boca de estos políticos. Casi siempre son descubiertos por algún periodista que jamás les pierde el paso. Poco a poco se descubre todo.
En los diarios, en la televisión, en la radio veo y escucho la publicidad de estos partidos políticos, no creo que sea necesario que empapelen toda la cuidad. Por donde vayamos vemos las caras de estos políticos pegadas en todos sitios, sobre todo en los sitios donde vive la gente que tiene menos, que a consecuencia de sus discursos y palabrería logran convencer.
Una vez que llegan a su fin los comicios electorales ninguno de estos políticos se toma el trabajo de limpiar las calles. Les da igual que tan sucia dejaron la ciudad luego de pegar sus caras por todo sitio, algo que a todos los ciudadanos nos genera molestia y rechazo. Deberían con el mismo ímpetu, la misma emoción con que empiezan, limpiar las calles.
La ciudad se vuelve un lugar incómodo, inhóspito, al albergar a estos políticos que aun a falta de más de un mes para las elecciones sacan todas sus armas y disparan a matar contra sus oponentes. Algo que no sorprende y que para el Perú de hoy, con otros ánimos, apreciar estos actos políticos tan desleales se vuelve ya ruin y poco decente sólo por querer llegar al poder y por creer que todo lo saben, por creerse algo parecido a Dios.
El Perú de hoy es otro país de el que tal vez años atrás no se esperaba saber mucho.
Con una nueva imagen a la que estas propagandas políticas vuelven a tirar por el suelo. Debería existir una ley que obligue a todos los partidos políticos a hacerse cargo de la limpieza pública de todas las calles de Lima después de las elecciones.
No es nada barato llenar las calles de publicidad. Cuesta mucho dinero y no precisamente sale de los bolsillos de estos políticos. Esta detrás alguien que persigue un propósito, que tiene otro objetivo menos el de solucionarnos los problemas. Alguien que seguro de llegar al poder se asegurara de guardar pan para mayo apropiándose de propiedades que luego vende dos o tres veces más de el precio al que las obtuvo.
Siempre oímos que esta ciudad la próxima vez será segura, libre de secuestradores y ladrones al paso, un temor con el que vivimos cada uno de nosotros a diario. Un temor que no se va, al escuchar las propuestas de estos políticos.
La libertad que se toman estos partidos políticos es una libertad abusiva, excesiva, con derecho a hacer lo que se les de la gana todo el tiempo que dure el periodo de elecciones. Algo que debería ser multado con la tacha a estos partidos y su extinción definitiva a lo largo y ancho del territorio peruano. Deberían los que no cumplen ser expulsados del país para siempre y los que cometan actos de corrupción ser enviados a prisión por el resto de sus vidas.
No existe un candidato al que veamos con otros ojos. Yo votare en blanco aunque sepa que de todos modos tenga que haber alguien que nos gobierne. Votare en contra del continuismo, en contra de las mismas propuestas que vengo escuchando desde hace mucho, votare en contra de estos políticos de los que sé sólo cuando opinan en contra de algún proyecto a favor del Perú, votare por primera vez en mi vida y no le daré mi voto a nadie. Al votar en blanco voto por mí.
Servirá realmente de algo la propaganda política, yo creo que no. La gente ya no cree en nadie, a nadie le llama la atención quien postula esta vez. Me atrevo a decir que por ahora el mejor candidato para Lima es el voto en blanco por el que se inclinaran algunos y no pocos ciudadanos.
En el Perú de todos los tiempos, la política ha sido y es sinónimo de corrupción, de favores por lo bajo, de coimas con envidiables cifras de dinero. Es la política el mejor disfraz para estos lobos disfrazados de oveja que casi siempre al finalizar su gobierno terminamos deseando no volver a ver jamás. Ser político en el Perú es sacarse la tinka, es pasar esos años disfrutando de viajes costeados por el estado y de los que nos enteramos no precisamente de boca de estos políticos. Casi siempre son descubiertos por algún periodista que jamás les pierde el paso. Poco a poco se descubre todo.
En los diarios, en la televisión, en la radio veo y escucho la publicidad de estos partidos políticos, no creo que sea necesario que empapelen toda la cuidad. Por donde vayamos vemos las caras de estos políticos pegadas en todos sitios, sobre todo en los sitios donde vive la gente que tiene menos, que a consecuencia de sus discursos y palabrería logran convencer.
Una vez que llegan a su fin los comicios electorales ninguno de estos políticos se toma el trabajo de limpiar las calles. Les da igual que tan sucia dejaron la ciudad luego de pegar sus caras por todo sitio, algo que a todos los ciudadanos nos genera molestia y rechazo. Deberían con el mismo ímpetu, la misma emoción con que empiezan, limpiar las calles.
La ciudad se vuelve un lugar incómodo, inhóspito, al albergar a estos políticos que aun a falta de más de un mes para las elecciones sacan todas sus armas y disparan a matar contra sus oponentes. Algo que no sorprende y que para el Perú de hoy, con otros ánimos, apreciar estos actos políticos tan desleales se vuelve ya ruin y poco decente sólo por querer llegar al poder y por creer que todo lo saben, por creerse algo parecido a Dios.
El Perú de hoy es otro país de el que tal vez años atrás no se esperaba saber mucho.
Con una nueva imagen a la que estas propagandas políticas vuelven a tirar por el suelo. Debería existir una ley que obligue a todos los partidos políticos a hacerse cargo de la limpieza pública de todas las calles de Lima después de las elecciones.
No es nada barato llenar las calles de publicidad. Cuesta mucho dinero y no precisamente sale de los bolsillos de estos políticos. Esta detrás alguien que persigue un propósito, que tiene otro objetivo menos el de solucionarnos los problemas. Alguien que seguro de llegar al poder se asegurara de guardar pan para mayo apropiándose de propiedades que luego vende dos o tres veces más de el precio al que las obtuvo.
Siempre oímos que esta ciudad la próxima vez será segura, libre de secuestradores y ladrones al paso, un temor con el que vivimos cada uno de nosotros a diario. Un temor que no se va, al escuchar las propuestas de estos políticos.
La libertad que se toman estos partidos políticos es una libertad abusiva, excesiva, con derecho a hacer lo que se les de la gana todo el tiempo que dure el periodo de elecciones. Algo que debería ser multado con la tacha a estos partidos y su extinción definitiva a lo largo y ancho del territorio peruano. Deberían los que no cumplen ser expulsados del país para siempre y los que cometan actos de corrupción ser enviados a prisión por el resto de sus vidas.
No existe un candidato al que veamos con otros ojos. Yo votare en blanco aunque sepa que de todos modos tenga que haber alguien que nos gobierne. Votare en contra del continuismo, en contra de las mismas propuestas que vengo escuchando desde hace mucho, votare en contra de estos políticos de los que sé sólo cuando opinan en contra de algún proyecto a favor del Perú, votare por primera vez en mi vida y no le daré mi voto a nadie. Al votar en blanco voto por mí.
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