Cuando faltan tan sólo 40 días para las elecciones presidenciales en Francia, el candidato conservador, François Fillon, ha sido imputado por los supuestos empleos falsos atribuidos a su mujer y dos de sus hijos, un escándalo que ha relegado el contenido de su programa electoral a un segundo plano.
El “viacrucis” judicial, mediático y político de Fillon comenzó el pasado 25 de enero cuando el semanario Le Canard Enchaîné reveló que su mujer, Penelope, y dos de sus hijos habían estado contratados como asistentes parlamentarios sin ejercer esas funciones.
Fillon está ahora imputado por desvío y apropiación indebida de fondos públicos y por no haber declarado a la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública un préstamo de 50.000 euros concedido por el empresario Marc Ladreit de Lacharrière.
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