El domingo, 367 diputados de los 513 miembros de la Cámara de Diputados votaron a favor del impeachment en la mandataria, alcanzando así los dos tercios requeridos para continuar con el proceso por presunto crimen de responsabilidad que amenaza a la presidenta.
Dilma Rousseff está acusada de usar dinero de bancos públicos para pagar programas del gobierno y maquillar el déficit fiscal, violando normas que prohíben esa práctica, pero sus partidarios afirman que esto es solo una excusa para esconder un descarado intento de golpe de Estado.
Y a pesar de la decisión de la Cámara Baja –que se produjo al final de una semana que inició con un dictamen favorable al juicio político aprobado por una comisión especial de Diputados 38 a 27– el camino hacia la posible destitución de Dilma Rousseff aún tiene etapas pendientes, que supondrán pruebas de fuerza cruciales tanto para la oposición como para el oficialismo.
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