Más de 40 mil militares resguardarán las elecciones regionales y municipales del domingo próximo en Perú, luego de una campaña matizada por diversos incidentes y un desatado macartismo.
El ministro de Defensa, Jaime Thorne León, dijo que ese número de oficiales y soldados custodiarán los cuatro mil 446 locales en los que los peruanos elegirán a presidentes (gobernadores) de 24 regiones y a autoridades municipales.
La movilización será coordinada con la Oficina Nacional de Procesos electorales e incluye el resguardo del traslado del material electoral a las mesas de votación
Entretanto la Policía acusó a Luis Arroyo, hombre de confianza del reeleccionista presidente regional de Ancash, César Álvarez, de ser autor intelectual del atentado contra el consejero regional, Ezequiel Campos, en el que murió el yerno de este, Roberto Torres, el pasado 20 de julio.
La investigación determinó que Arroyo contrató sicarios para el ataque, con el fin de impedir que Campos, opositor de Álvarez, asuma la presidencia regional tras el asesinato del reemplazante José Sánchez.
De otro lado, la policía descartó virtualmente la denuncia del candidato a la gobernación del vecino puerto del Callao Rogelio Canches, haya sido víctima de un atentado por sicarios que, según denunció la semana pasada, dispararon contra su auto.
Los vecinos del lugar del supuesto ataque no oyeron disparos y los orificios de bala en una puerta posterior del auto evidencian que fueron hechos de arriba hacia abajo, algo imposible si el atentado hubiera sido realizado por sicarios en moto, como dijo Canches.
El candidato favorito a la gobernación del Callao Félix Moreno dijo que enjuiciará a Canches por haberlo acusado del supuesto atentado y afirmó que este fue un montaje en busca de figuración con fines electorales.
En Lima, se intensifica la agresiva campaña de la candidata derechista a la Alcaldía de Lima, Lourdes Flores, que busca remontar la amplia ventaja que tiene en las encuestas la favorita centro izquierdista Susana Villarán.
La ofensiva tiene como fuerte ingrediente al macartismo, en particular los ataques a las fuerzas comunistas que apoyan a Villarán y a ex presos por insurgencia que buscan reinsertarse en la actividad política legal.
El ministro de Defensa, Jaime Thorne León, dijo que ese número de oficiales y soldados custodiarán los cuatro mil 446 locales en los que los peruanos elegirán a presidentes (gobernadores) de 24 regiones y a autoridades municipales.
La movilización será coordinada con la Oficina Nacional de Procesos electorales e incluye el resguardo del traslado del material electoral a las mesas de votación
Entretanto la Policía acusó a Luis Arroyo, hombre de confianza del reeleccionista presidente regional de Ancash, César Álvarez, de ser autor intelectual del atentado contra el consejero regional, Ezequiel Campos, en el que murió el yerno de este, Roberto Torres, el pasado 20 de julio.
La investigación determinó que Arroyo contrató sicarios para el ataque, con el fin de impedir que Campos, opositor de Álvarez, asuma la presidencia regional tras el asesinato del reemplazante José Sánchez.
De otro lado, la policía descartó virtualmente la denuncia del candidato a la gobernación del vecino puerto del Callao Rogelio Canches, haya sido víctima de un atentado por sicarios que, según denunció la semana pasada, dispararon contra su auto.
Los vecinos del lugar del supuesto ataque no oyeron disparos y los orificios de bala en una puerta posterior del auto evidencian que fueron hechos de arriba hacia abajo, algo imposible si el atentado hubiera sido realizado por sicarios en moto, como dijo Canches.
El candidato favorito a la gobernación del Callao Félix Moreno dijo que enjuiciará a Canches por haberlo acusado del supuesto atentado y afirmó que este fue un montaje en busca de figuración con fines electorales.
En Lima, se intensifica la agresiva campaña de la candidata derechista a la Alcaldía de Lima, Lourdes Flores, que busca remontar la amplia ventaja que tiene en las encuestas la favorita centro izquierdista Susana Villarán.
La ofensiva tiene como fuerte ingrediente al macartismo, en particular los ataques a las fuerzas comunistas que apoyan a Villarán y a ex presos por insurgencia que buscan reinsertarse en la actividad política legal.
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