martes, 19 de julio de 2011

Gunter Pauli: Quiere colaborar con el desarrollo sustentable social, económico y humano del mundo, en cuyo emprendimiento desea jugar un papel crítico no sólo para los negocios, sino en los ámbitos cultural, social, político y ético. Es un economista fuera de serie.

A penas tiene 54 años de edad y ya es uno de los diez candidatos actuales a ganarse un Premio Nobel.
Un belga que nació en Amberes en 1956, parte del tiempo vive en Sudáfrica y la otra reside en Japón. Ya ha vivido en Francia, Suecia y Estados Unidos.

Habla seis idiomas, tiene cinco hijos y resulta categórico cuando afirma que no trabaja: él disfruta lo que hace. Es consultor de Naciones Unidas y del Gobierno de Japón. Reconoce que los políticos no quieren cambiar, pero de todas maneras piensa que hay que dar la pelea.

Gunter Pauli no es un teórico, sino un pragmático con una excelente formación. En 1981 fundó su primera empresa en Tokio.

Después creó otras doce. Hasta que cumplió 37 años y vendió todo para dedicarse a diseñar un nuevo modelo económico.

Pauli habla con hechos: es el responsable del primer hospital autosuficiente, en agua, alimentos y energía, de Colombia.

Y creó la primera y más grande fábrica con el techo de grama para controlar la temperatura.

En la Exposición Mundial de Hannover (2000) construyó un pabellón de Bambú.

4500 palos de 9 metros para demostrar la belleza del acero vegetal. ¿Su punto de vista? "1 millardo de personas viven en casas de bambú, pero piensan que es símbolo de pobreza". Es un material de excelente calidad, que además resiste sismos.

Con 100 metros cuadrados de bambú puedes cultivar tu casa en 3 años. Salen 65 varas para hacer una edificación de 2 pisos, con balcón, a un costo de 1.500 euros.

Se lo consigue en más 100 países que tienen problemas graves de vivienda.
No cabe duda de que este belga, ciudadano del mundo, y optimista por naturaleza, merece un aplauso porque ha decidido aun cuando existen numerosas razones para no creer en el ser humano pelear a puño partido para mejorar la vida. ¿No es admirable?

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